A lo lejos se ven algunos empleados que cuentan chismes sobre otro empleado que está sentado en primer plano en una mesa de la sala de descanso. Tres empleados se ponen en grupo, alejados de los demás. Un empleado está sentado en un escritorio y está conversando con un supervisor. Un empleado está sentado en un escritorio y está escuchando a un supervisor. Un empleado está conversando con su supervisor acerca de su horario. Un supervisor está señalando a un empleado un cambio enlistado en un portapapeles. Un empleado se encuentra sorprendido por el comentario de un supervisor. Dos empleados están discutiendo entre sí. Un empleado está usando un teléfono inteligente mientras se encuentra sentado frente a una computadora. Un empleado está señalando a otro empleado de manera agresiva.

Formas típicas de represalias

Los casos prácticos anteriores proporcionan algunas perspectivas sobre las represalias en el lugar de trabajo y las mejores prácticas para abordarlas. A continuación se muestran algunos ejemplos de conducta que podría interpretarse como represalias por presentar un queja o participar en una investigación, por ejemplo:

  • Ignorar a la persona o darle un trato silencioso.
  • Dejarlos fuera de ciertos proyectos, actividades o decisiones.
  • No considerar a la persona para una ascenso o aumento de sueldo.
  • Cambiarlos a un puesto con menos autoridad o responsabilidad.
  • Cortar su paga o sus horas.
  • Asignarlos a otro turno, departamento, oficina o ubicación.
  • Amenazar su seguridad laboral.
  • Permitir o participar en abuso verbales hacia la persona.
  • Usar redes sociales o comunicaciones electrónicas para acosar a la persona.
  • Destruir propiedad personal o amenazar con daño físico.